Como comprenderás, yo no estoy en contra del perdón ya que esta es una de las más importantes actuaciones cristianas, pero ante un maltratador lo que hay que hacer es denunciarlo, juzgarlo y encerrarlo.
Yo comprendo la abnegación de nuestra santa, a pesar de su sufrimiento y el de su madre, comprendo también que vivía en otra época, pero su padre tuvo que ser un canalla como para que tuvieran que intervenir las autoridades y amenazarlo si no cambiaba de actitud. En vez de la amenaza, hubiera sido mejor encerrarlo hasta que purgara su culpa.
Aunque parezca que me he desviado del tema, lo he hecho a propósito porque para mi es más importante el castigo a un maltratador que la abnegación de una hija que lo perdona y cuida hasta su muerte. La hija se santificará, pero el daño está hecho y como dice el dicho: “con el maltrato no hay trato”.
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Por: Antonio Barrero
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